domingo, 25 de diciembre de 2011

Mis tres amores.

Mis tres amores: la noche, el silencio y la brisa.

Las noches son hermosas, y las amo, sólo que tengo un dilema; en el día la espero tanto, pero me aterra saber que cuando llegue el momento de estar sola con ella, me acechará su mirada obscura y empezará a cuestionarme mis actividades del día, me dirá: “por qué no hiciste esto?, por qué hiciste esto, o simplemente… es tan pobre lo que produjiste hoy", pero me halagas al decirme que mi cabeza reposa en la almoada con la convicción de llevar algo de conocimiento acumulado del día.

Quisiera conocerte más y espiarte de día, cuando era niño me preguntaba siempre qué hacía la noche cuando llegaba el día y el sol asomaba?. Ahora quiero encontrar una respuesta lógica y contestarme a mí mismo que la noche nunca se va, sólo nos alejamos nosotros de ella.

Ella tiene un cómplice se llama silencio, juntos me brindan tanta tranquilidad, tanta paz, tanta emoción y tanta inspiración como la de esta noche, y te extrañaría un montón si dejara de verte, no me entristece en las mañanas porque te marchaste, porque sé que te mereces un descanso o tal vez tu capa necesita cubrir a otros seres de otros lares.

La brisa es tu joya dorada, la usas para acariciar mejillas de tus seres preferidos, la usas para secar las lágrimas de los desfallecidos, la usas para meterte en el cabello de un niño que duerme dulcemente en su cama, la brisa son tus brazos, manos y dedos.

Tu competencia es la luz de la luna, quiere invadir tu recinto, quiere poner luz donde tú pones sombra, de un codazo quiere lanzarte al margen, y tú no lo permites, te ayuda la nube para cubrirla un rato.

Te acompaño casi siempre con un libro, aunque a veces me seduce el teclado y me pongo a escribir como ahora. Me ayudas a escuchar nítidamente mi voz interior, ordenar mis pensamientos y aclarar mis sentimientos, me das tanto sin pedir nada a cambio. Trato de estar más tiempo contigo, y libro una batalla campal con el sueño, suelo perder batallas pero nunca la guerra y mañana cuando no te marches, sino sólo des un paso más, estaré de pie con el trinar de los pájaros a esperar de vuelta a tu encuentro. Gracias por los millares de noches y hoy te digo que eres mi preferida.

*f.j.s.r.

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